Mapa del cuerpo

explorar la potencia del presente

La arboleda es intraducible, es ella y sólo ella.

No se parece a las otras cosas ni a las otras arboledas;

tampoco se parece a ella misma: cada instante es otra.

Octavio Paz.

Esta exploración propone que se exprese la construcción presente en los tejidos, los gestos, las preferencias de movilidad, de percepción y de estar. Aquí no se trata de cambiar lo que ocurre, sino de experimentar de un modo amplificado lo que siempre hacemos y que tal vez por ello nos resulta intangible. La práctica invita a una demora para aumentar el tejido de esta experiencia. Buscaremos ahondar en los hábitos que nos conforman para encontrar su potencia, encarnar sus cualidades, habilitar sus posibilidades. Pero también, Mapa del cuerpo nos recuerda que la construcción actual es tan solo uno de los modos de vivir nuestro cuerpo y nuestra danza. Entonces las posibilidades nuevas y diversas se hacen presentes con mas fuerza; aquella que deviene de una claridad. Claridad que surge de la aceptación que brota de experimentar la potencia de ser tal como se es en el presente. 

¿Qué es?

Mapa del cuerpo es una de las 5 ramas de la investigación Naturaleza de la fuerza en el cuerpo y la danza. Es una práctica que se enfoca en descubrir y potenciar las cualidades mas singulares de nuestro cuerpo y movimiento. Nace de una necesidad en revisar los objetivos vigentes en las actividades que hacemos e inclusive nuestras ideas acerca de lo saludable. En esta práctica pensamos la corporeidad desde la potencia única de cada persona. 

Se aborda a través de una serie de exploraciones que buscan amplificar nuestra experiencia del cuerpo a nivel de nuestra configuración material, a nivel del interés, la atención, el gusto, el gozo, el disgusto. Se entreteje el espacio que existe entre nombrar y hacer, entre percibir y nombrar. La práctica se construye desde una perspectiva vincular al permitir que la experiencia sea nutrida por el hacer compartido. 

Esta práctica implica un saber desde la experiencia, donde reconocer nuestra biología, anatomía, hábitos y preferencias al poner en foco la percepción íntima que se tiene del cuerpo y el movimiento. A partir de allí construimos mapas donde configurar nuestro propio registro de la vivencia del cuerpo. Esto nos permite construir, transformar o multiplicar las representaciones simbólicas e imaginarias que tenemos de nosotrxs mismxs.

Considero necesario el explorar como una práctica en sí misma, como una posibilidad de no definirnos para estar en las preguntas que dan lugar a encontrar referentes propios en nuestros procesos. 

Mapa del cuerpo propone una experiencia de permanencia como estrategia de amplificación y desborde. Así, antes de provocar un cambio preguntarnos ¿qué hay aquí, qué nos conmueve, qué es vital? 

Y solo entonces, en el desborde de la experiencia, dedicarnos a bucear en las múltiples posibilidades.